Por que se incurre
mucho en los ¨vicios de lenguaje¨
No es complicado decir porque son tan frecuentes los vicios
de lenguajes
Una razón es que somos descuidados al articular las
palabras, pues no abrimos lo suficiente la boca para pronunciar debidamente, y
en consecuencia pronunciamos los sonidos producimos sonidos que no son los
correspondientes. Con eso se causa que muchas veces nos hagan repetir lo dicho,
o nos digan que no nos entienden, o bien nos pidan repetirlo.
Otra es nuestro origen geográfico e incluso social y
cultural, pues cada persona pronuncia de manera diferente a otra, y si se
pertenece a religiones diferentes, entonces puede darse diferencias notables.
Pero sin duda la principal causa de los vicios es el desconocimiento
del idioma. Al no conocer palabras, las articulamos mal. Al no entender su
significado, las cambiamos por otras. Al desconocer la gramática alteramos el
orden de los componentes de una oración.
Como evitar o disminuir
los ¨vicios de lenguaje¨
Por lo anterior queda claro que para evitar y disminuir los
vicios es mejorar nuestro conocimiento lingüístico.
Para ello, recomendamos varias estrategias.
Una, cada día someternos a un diccionario y ala disciplina
de aprender un numero diario de palabras, al menos 5. En un año habremos
aprendido nada más ni nada menos que mil 865nuevas palabras, y conoceremos su
significado su escritura y su pronunciación correcta. Así, en algunos años
tendremos un vasto* vocabulario.
Otra es: cada vez que escuchemos una palabra que desconozcamos,
preguntemos quien la dijo su significado, y, si es posible, como se escribe y
se pronuncia
Lectura contra los ¨vicios
de lenguaje¨
Pero indiscutiblemente la mejor manera de perfeccionar el
manejo de lenguaje, es leyendo.
Quien lee, realizara de modo natural el proceso de aprender
diario un determinado número de palabras, pues constante mente recurrirá al
diccionario.
Asimismo, leyendo conocerá de manera visual la escritura y por lo tanto la pronunciación
de los vocablos, a la vez que aprenderá a manejar correctamente la estructuras
gramaticales. Por si eso fuera poco, tendrá temas de conversación y podrá aprender
más palabras que dialogue con alguien que también lea.
Para ello recomendaremos el método de leer diario de 10 a 20
minutos.
La lectura ilustra
La lectura viene a ser lo que la gimnasia para el cuerpo según
steel.
Y Voltaire, el notable y atrevido escritor francés, decía
que ¨se acostumbra el bien hablar leyendo a menudo a los que han escrito bien,
porque se hace un habito de expresar notablemente y sin esfuerzo el propio
pensamiento¨. Por su parte thoreau recomendaba: ¨ leed primero los buenos
libros no sea que jamás tengáis oportunidad de llegar a leerlos¨.
Antiguamente los libros eran escasos y sus precios no estaban
al alcance de una gran mayoría del pueblo. Actual mente hay abundancia de ellos
en todas las categorías de ediciones, desde la mas económica hasta la más
lujosa.
Los buenos libros son aquellos que se abren con entusiasmo y
se cierran con aprovechamiento; lo cual nos indica que hay que ser cuidadosos
en su elección. Los libros más nuevos son producto de un mundo viejo y
experimentado, como los libros viejos lo fueron de un mundo nuevo e incipiente.
Hace unos cien años, el sociólogo y escritor John lubock decía:
¨ a veces me veo inducido a opinar que
los grandes lectores del porvenir no han de ser los doctores, abogados,
comerciantes y magnates, si no los labradores obreros y artesanos.¨ y a hora
vemos que su opinión se a convertido en realidad.
El mayor obstáculo para
consagrarse a la lectura provechosa, consiste en que si los libros en la
actualidad son abundantes y baratos las
horas disponibles para leer son, por desgracia muy limitadas a eso hay que
agregar que la mayoría de la gente que
gusta de leer lo hace por casualidad: compran cualquier periódico que les ofrecen
en la calle o leen revistas ajadas en consultorios (sala de espera) de algún gran
medico, y cuando compran algún libro por que tiene un titulo llamativo o una
caratula atrayente suelen encontrase con paja elegantemente revestidade la cual
no obtienen ninguna enseñanza útil ni siquiera un tema para sostener una conversación
interesante. ( fragmento del libro el arte de saber conversar; de Cesar L.
grym, pags. 20 y 21.)
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